¿Por qué esta guía sobre voluntariados?
Cuando comencé a viajar me enteré de que existía algo que eran los voluntariados. Por supuesto, sabía que existían los voluntariados, pero siempre lo relacione a irse a países de conflictos armados o humanitarios y sumarse a organizaciones que ayudan en esos lugares. Nunca pensé que se podía hacer voluntariados o intercambios por alojamiento (y a veces comida) mientras uno se va moviendo.
Así que investigando un poco decidí empezar mi viaje en Córdoba, Argentina. El primer lugar que elegí para comenzar a hacer voluntariados fue en un lugar llamado Centro Umepay. Una comunidad en el medio del monte de la zona de Villa Yacanto.
A partir de ahí seguí voluntariado en diferentes lugares de San Juan, Mendoza y fui subiendo para el norte argentino.
En el camino me fui encontrando a personas que les pasó lo mismo que a mí antes de salir de viaje y otras que me fui cruzando, que no tenían idea de que se puede viajar de esta forma. Por eso decidí armar esta guía sobre los voluntariados.
- ¿Por qué esta guía sobre voluntariados?
- Qué son los voluntariados y qué no son
- Por qué elegir voluntariados para viajar
- Tipos de voluntariados que podés encontrar
- Cómo elegir buenos voluntariados
- Ética, impacto y expectativas
- Presupuesto real: cuánto cuesta viajar haciendo voluntariados
- Visas, permisos y la zona gris
- Salud, seguro y autocuidado
- Logística de viaje pensada para voluntariados
- Equipaje: viajar liviano suma libertad
- Combinar voluntariados con trabajo online
- Aprendizaje y sumar experiencia
- Cómo escribir a anfitriones (y que sí te respondan)
- Ritmo y descanso: no todo es producir
- Cultura local y respeto
- Seguridad y límites personales
- Qué hacer si un voluntariado sale mal
- Cómo medir si el intercambio fue justo
- Calendario, temporadas y duración
- Sostenibilidad: dejar el lugar mejor de como lo encontraste
- Contar la experiencia sin invadir
- Dinero y acuerdos claros
- Errores comunes al empezar
- Señales de que vas por buen camino
- Checklist rápido antes de confirmar
- Preguntas frecuentes sobre voluntariados
- Diseño de una ruta con voluntariados
- Volver a casa
- Checklist de equipo mínimo (viajando liviano)
- Plantilla de presupuesto semanal (orientativa)
- Carta de agradecimiento (modelo)
- Donde buscar voluntariados
- Indicadores de calidad en un proyecto
- Guía de convivencia rápida
- Viajar con sentido, paso a paso
Qué son los voluntariados y qué no son
Cuando hablamos de voluntariados, hablamos de acuerdos donde ofrecés horas de tu ayuda a cambio de alojamiento, a veces comidas, y un espacio para aprender. No son un trabajo encubierto ni un “todo incluido”. Los voluntariados funcionan cuando hay claridad: tareas concretas, horarios razonables y un intercambio justo. Si una propuesta rompe ese equilibrio, mejor seguir de largo. Tu tiempo (y experiencia) vale, la hospitalidad también.
Por qué elegir voluntariados para viajar
Existen varias razones para elegir voluntariados: podes reducir el presupuesto de tu viaje, te meten de lleno en la cultura local, y te permite colaborar y agregar tu conocimiento y valor a diferentes proyectos. Más que “ver”, vivís el lugar.
Los voluntariados también son una especia de escuela: aprendes jardinería, bioconstrucción, hostelería, huerta, comunicación, cocina, idiomas. Cada proyecto suma habilidades que te quedan para siempre. Y, si sos de los que trabajan online como nómada digital, los voluntariados pueden darte un entorno tranquilo para crear, con gente que comparte valores.

Tipos de voluntariados que podés encontrar
Los voluntariados no son todos iguales. Hay opciones de ecoaldeas y granjas, hostels y guesthouses, refugios de animales, proyectos culturales, escuelas de idiomas, centros de retiro o espacios de turismo comunitario.
También existen voluntariados puntuales, como ayudar en una cosecha, pintar una sala, mejorar una web o documentar en foto y video. Elegí voluntariados según lo que te motive hacer. Todos tenemos siempre algo para aportar tanto de experiencia como conocimiento.
Voluntariados en proyectos ecológicos
Si te gusta la tierra, estos voluntariados mezclan trabajo físico con aprendizaje: compost, riego, camas de cultivo, bioinsumos, cocina de temporada. Suelen pedir pocas horas y a cambio ofrecen comida real, naturaleza y silencio.
Voluntariados en hostelería
En ciudades o destinos turísticos, estos voluntariados te conectan con viajeros. Recepción, limpieza básica, redes sociales, eventos. Ojo con los horarios nocturnos: organizate para que no afecte tu energía y tu salud obviamente.
Voluntariados culturales y educativos
Clases de conversación, talleres de arte, apoyo escolar, bibliotecas. Son voluntariados ideales si te gusta compartir lo que sabés y aprender del otro.
Cómo elegir buenos voluntariados
Para que los voluntariados salgan bien y no tengas problemas una vez que comenzás, preguntá antes: cuántas horas, cuántos días libres, qué tareas exactas, qué incluye el intercambio, cómo es el espacio y quién más vive ahí.
Leé reseñas, pero también escribí al anfitrión y pedí si se puede una charla rápida. Los buenos voluntariados responden con claridad. Desconfiá si prometen “trabajo poco, fiesta mucha” o si no detallan nada. Y chequeá si hay otras personas haciendo voluntariados al mismo tiempo.
Tené en cuenta que del otro lado, al principio, también van a analizarte. No van a querer a poner a cualquiera en su propio proyecto y muchas veces en su propia casa, sin antes saber quién sos y porque estás viajando o si ya antes hiciste voluntariados. Muchas veces no es impedimento no tener experiencia, pero lo van a tener en cuenta y hasta quizás te pidan referencias.
Señales de un voluntariado sano
- Tareas definidas por escrito.
- 20–25 horas semanales máximas, con dos días libres.
- Cama limpia, baño decente y cocina disponible.
- Intercambio real: aprendés algo y aportás algo.
- Comunicación abierta y respeto por los límites.
Señales de alerta
- Pedidos de horas extra constantes.
- Alojamiento precario o hacinamiento.
- Tareas que no se parecen a lo hablado.
- Mal clima: gritos, presión, cero descanso.
- Falta total de acuerdos por escrito.
Ética, impacto y expectativas
Recordá siempre que los voluntariados son intercambios justos entre personas. Por eso, elegí voluntariados donde tu aporte tenga sentido y no quite trabajo local.
Por ejemplo, puede pasar que en proyectos mediano o grandes, en vez de contratar a trabajadores locales buscan voluntarios viajeros para ahorrarse personal pago.
Cuando hay respeto, los voluntariados elevan a todos. No solo al dueño del proyecto.

Presupuesto real: cuánto cuesta viajar haciendo voluntariados
Viajar con voluntariados no significa cero gastos. Sí reduce mucho. Contá con traslado al destino, seguro de viaje, un fondo para imprevistos, y por supuesto, la comida.
Muchos voluntariados incluyen desayuno y una comida; aveces, las tres o aveces solo una. Eso varía (o deberia variar) la cantidad de horas de tu intercambio.
Para darte solo una referencia: hay voluntariados que intercambias por 6 horas u 8 horas, pero con tres o cuatro dias de descanso y las tres comidas o aveces el desayuno y el almuerzo. Eso varia mucho entre voluntariados, pero como te decía anteriormente, siempre, SIEMPRE, se habla todo el detalle antes de comenzar para dejarlo bien en claro.
También puede que gastes en datos del celular, sobre todo en lugares muy alejados de los pueblos en donde quizas el Wifi no llegue o tenga muy mala conexión. Por otro lado los productos de higiene personal van por tu cuenta, aunque si puede estar incluido el papel higienico por ejemplo.
Además, si vas a hacer alguna escapada o excursión también eso lo tenes que contemplar en el presupuesto. Pero como todo va a depender de cada caso en particular. Muchas veces puede pasar que los gastos extras se puedan compartir entre los demas voluntarios.
Cómo estirar el presupuesto
- Cocina simple y de temporada.
- Compras grupales con otros voluntariados.
- Caminar o bici antes que transporte pago.
- Elegir destinos donde el costo de vida sea amable.
Visas, permisos y la zona gris
Otro tema importante. En muchos países, los voluntariados informales se mueven en una zona gris: no es empleo formal, pero tampoco turismo clásico. ¿La clave? No hacer tareas que reemplacen puestos pagos en negocios grandes y no aceptar voluntariados que exijan horarios de jornada completa. Si un proyecto te pide “contrato” por ocho horas, eso ya no son voluntariados: es trabajo.
Puede pasar, y que de hecho pasa, que si la relación tanto del voluntario con el voluntariado es óptima, te ofrezcan quedarte más tiempo de lo pactado al comienzo. Consultá siempre la normativa local y, si el plan es quedar meses, mirá opciones de visas largas o de estudio.
Salud, seguro y autocuidado
Aunque suene obvio, viajamos con nuestro cuerpo. Llevá seguro que cubra accidentes y pedí al anfitrión que te cuente riesgos del lugar: herramientas, animales, rutas. Dormí bien, hidratate, estirá.
En voluntariados rurales, guantes y calzado cerrado. En hostelería, tapones para dormir si hay ruido. Y límites: los voluntariados no obligan a decir que sí a todo. Si algo te incomoda, lo hablás. Si no cambia, agradecés y te vas. Busca siempre la forma mas amena, humana y clara para poder hacerlo. Siempre tené en cuenta que el “riesgo” por asi decirlo, existe en ambas partes.
Logística de viaje pensada para voluntariados
Confirmá fechas por escrito y avisá con tiempo si llegás tarde. Pedí ubicación exacta y cómo llegar. Que toda esta info este escrito en un PDF antes de salir. Guardá contactos del anfitrión y de otros voluntariados. Si viajás a pie, marcá puntos de agua o locales para comprar y los lugares de descanso.
Si vas en transporte, chequeá los últimos buses. Y siempre tené un “plan B” para una noche: hostel económico o un camping si viajas con carpa, por si surge un imprevisto. Los voluntariados, y los viajes en general, fluyen cuando vos también fluís preparado.

Equipaje: viajar liviano suma libertad
Menos cosas, más libertad de movimiento. Para voluntariados, una mochila entre 30 y 40 litros suele alcanzar. Ropa por capas, una campera que banque viento y lluvia, calzado cómodo, chanclas para ducha, gorra o sombrero, botella reutilizable y un botiquín chico.
Si hacés voluntariados en cocina o huerta, sumá guantes, o te lo puede proveer el lugar o lo compras cuando llegas.
Combinar voluntariados con trabajo online
Cada vez más gente mezcla voluntariados con trabajo remoto. La clave es el balance: no sobrecargar tu día. Si ofrecés 20 horas en voluntariados, reservá bloques cortos y consistentes para tu proyecto. Avisá al anfitrión que trabajás online y preguntá si hay un espacio para trabajar tranquilo.
Está de más aclarar que lo ideal es voluntariados en lugares donde haya buena conexión de internet, y si el Wi-Fi falla, tené preparados los datos móviles.
Aprendizaje y sumar experiencia
Una ventaja silenciosa de los voluntariados es todo lo que sumás sin darte cuenta. Aprendés oficios, mejorás idiomas, practicás la escucha y liderazgo, ganás paciencia. Documentá. Sacá fotos del proceso, hacé notas, pedí referencias.
Con el tiempo, con los voluntariados vas construyendo ese portfolio de experiencias que abre puertas. En algunos lugares según tu talento o capacidades te pueden ofrecer trabajos pagos y con eso cubrir los gastos extras que puedan surgir.
Cómo escribir a anfitriones (y que sí te respondan)
Los mensajes largos no siempre ayudan. Los voluntariados se confirman con claridad y empatía. Presentate en pocas líneas, contá qué podés aportar, preguntá lo esencial y proponé una videollamada.
Un buen mensaje dice: quién sos, por qué elegís ese lugar, qué fechas manejás y qué esperás del intercambio. Cerrá agradeciendo y sin presión. La forma en que escribís y te comunicas ya muestra en parte como sos y cómo vas a trabajar.
Plantilla rápida de primer contacto
Hola [nombre], ¿cómo estás? Me llamo [tu nombre] y me interesó su proyecto por [motivo sincero]. Puedo ayudar con [tareas concretas] y tengo disponibilidad entre [fechas]. Me gustaría saber cuántas horas por día, qué incluye el intercambio y cómo es el alojamiento. ¡Gracias!
Ritmo y descanso: no todo es producir
En voluntariados, la tentación es querer dar de más. Cuidado con eso.
El descanso también sostiene el intercambio. Dormí, caminá, escribí, si estas en la naturaleza aprovechá para estar en silencio. Tu mejor aporte llega cuando estás presente y equilibrado.
Cultura local y respeto
Entrar a voluntariados es entrar a casas ajenas, a otros ritmos y creencias. Observá, preguntá, ofrecé sin imponer. En algunos lugares se come en horarios fijos; en otros, cada quien gestiona. Hay quienes prefieren silencio, otros música. Los voluntariados funcionan cuando cuidamos el clima. Si tenés una necesidad (dieta, horarios), comunicala al principio. Ser claro evita roces y hace que todos la pasen mejor.
Seguridad y límites personales
Confiar está bien; confiar ciegamente, no. En voluntariados, compartís espacios con gente nueva. Resguardá documentos, hacé copias, usá candado, acordá normas. Si algo cruza límites, lo marcás. Y recordá: podés irte. Ningún viaje vale tu integridad.
De nuevo, todo esto varia de voluntariado a voluntariado, la clave es practiques la intuición, es lo único que te va a decir si seguir o dejarlo.
Qué hacer si un voluntariado sale mal
Plan B y salida elegante. Agradecé, explicá de forma breve y respetuosa por qué no seguís, pagá una noche afuera si hace falta y movete a otro lugar. A veces aprender es cerrar. No todos los voluntariados encajan y está bien.
Cómo medir si el intercambio fue justo
Después de cada experiencia, hacete tres preguntas: ¿aprendí algo concreto?, ¿sentí cuidado?, ¿pude aportar de verdad? Si dos respuestas son sí, el balance fue positivo. Si no, ajustá el radar para los próximos voluntariados..

Calendario, temporadas y duración
Los voluntariados cambian según la época. En cosecha, los rurales piden manos; en temporada alta, los hostels buscan apoyo. Pensá estadías de dos a cuatro semanas: suficiente para aprender, no tanto como para agotarte.
En muchos lugares el minimo son dos semanas en otros 15 dias o un mes. Tené en cuenta esto para que despues no sea un problema para la persona o proyecto que ofrece el voluntariado si te vas de imprevisto.
Si te enamorás de un lugar, extendés. Muchos voluntariados dejan margen para decidir sobre la marcha.
Sostenibilidad: dejar el lugar mejor de como lo encontraste
Pequeños hábitos multiplican impacto: separar residuos, ahorrar agua, compostar, reparar antes de tirar, compartir herramientas. Los voluntariados son oportunidades de practicar coherencia.
Contar la experiencia sin invadir
Si vas a crear contenido, pedí permiso. No todo proyecto quiere cámaras. Algunos sí, y hasta te invitan a producir. Acordá créditos, uso del material y tiempos. En voluntariados culturales, documentar puede ser parte del intercambio. Cuidá la intimidad y la dignidad de las personas.
Dinero y acuerdos claros
A veces hay pequeños apoyos para transporte o viáticos; otras, se vende un producto colectivo y se reparte. Si hay caja común, definan reglas. Los voluntariados funcionan mejor cuando se habla claro sobre el dinero y todos entienden el acuerdo.
Errores comunes al empezar
- Aceptar voluntariados sin leer bien las condiciones. Que está incluido y que no.
- Llevar demasiado equipaje.
- Prometer más horas de las que podés sostener.
- No cuidar el descanso.
- No hablar a tiempo cuando algo molesta.
- Dejar que el miedo te impida moverte si una propuesta no te cierra.
Señales de que vas por buen camino
- Te levantás con ganas.
- Aprendés y aportás cada día.
- Tenés tiempo propio.
- El grupo se siente bien.
- Querés recomendar el lugar al irte.
Checklist rápido antes de confirmar
- Descripción de tareas por escrito.
- Horarios y días libres claros.
- Qué incluye el intercambio.
- Fotos reales del alojamiento.
- Referencias recientes.
- Contacto de otra persona en el lugar. (esto no siempre se puede o no es necesario)
- Ruta y llegada claras y definidas.
Preguntas frecuentes sobre voluntariados
¿Hace falta experiencia previa?
No siempre. Muchos voluntariados enseñan desde cero. Lo importante es la actitud.
¿Cuántas horas son razonables?
Entre 20 y 25 por semana, con dos días libres. Si piden 40, eso ya no son voluntariados.
¿Puedo ir en pareja o con amigxs?
Sí, si el proyecto tiene espacio.. Avisá desde el principio.
¿Qué pasa si no encaja?
Hablás, probás ajustar y, si no mejora, te vas avisando previamente.
¿Se puede combinar con trabajo online?
Sí, organizando bloques y comunicando horarios. Por supuesto elegí lugares con buena conexión de internet.
¿Cómo elijo destino?
Empezá por lo que querés aprender y por el clima según tu preferencia. Los voluntariados aparecen cuando sabés qué buscás.

Diseño de una ruta con voluntariados
Armá un mapa: tres destinos posibles, dos opciones por cada uno y fechas flexibles. Confirmá primero la primera parada y dejá las otras abiertas. Los voluntariados premian la flexibilidad, pero también la palabra. Llegá cuando dijiste. Y si algo cambia, avisá SIEMPRE.
Volver a casa
Después de varios voluntariados, vas a notar cambios: menos prisa, más conocimiento y experiencias, nuevas amistades, otra relación con el consumo y con el tiempo.
En lo personal me cambio muchísimo la forma de vivir y de como veía el tema del consumo en el día a día. Me di cuenta de que se puede vivir, no solo con mucho menos cosas materiales, sino también de una forma mucho más amable con la Tierra.
Checklist de equipo mínimo (viajando liviano)
Viajar con mochila chica te da margen para moverte sin problemas y con libertad..
Un set posible ultraliviano: remera técnica de secado rápido, una prenda térmica liviana, buzo o campera intermedia, rompeviento impermeable, pantalón cómodo que aguante trote y tierra, short o calza, dos pares de medias buenas, ropa interior suficiente para una semana, toalla de microfibra, gorra o sombrero, lentes de sol, ojotas o chanclas, botella reutilizable, navaja multiuso pequeña, linterna frontal, botiquín básico (algodón, curitas, analgésico suave, antiinflamatorio, antialérgico), hilo y aguja, una bolsa seca para proteger electrónica y un cuaderno. Con esto, resolvés el 90% de lo cotidiano sin cargar de más.
Plantilla de presupuesto semanal (orientativa)
Anotá en una hoja: transporte local, telefonía/datos, compras de mercado, salidas, imprevistos y ahorro.
Sumá un renglón de “caja común” si compartís con más gente (limpieza, condimentos, gas). La regla 50/30/20 se puede adaptar: 50% necesidades (comida, traslados), 30% disfrute consciente (alguna salida, café con alguien, entradas a un museo), 20% reserva para el próximo movimiento. Cuando algo se dispara, revisá hábitos antes que castigarte. Mirar los números sin miedo te da libertad.
Carta de agradecimiento (modelo)
Antes de irte, dejá una nota corta y sincera: “Gracias por abrirme la puerta. Aprendí [dos cosas concretas], me llevo [un recuerdo o gesto], y dejo [algo arreglado, una guía impresa, semillas]. Ojalá volvamos a cruzarnos”. Estos gestos cierran ciclos con buena energía y quedan en la memoria de quienes te recibieron.

Donde buscar voluntariados
Existen diferentes formas de buscar voluntariados. La más común es en grupos de Facebook. La ventaja de estos grupos es que en general tenés comentarios de personas que ya lo hicieron y te puede servir de guía para tomar la decisión de contactarlos.
Muchos voluntariados publican ahí sus flyers con la propuesta y el detalle de la cantidad de horas, días y demas información. Luego uno puede contactarse directamente con el anfitrión.
Podés hacer una simple búsqueda, ingresando en Facebook palabras como “Voluntariados en Argentina”, “Voluntariados en Latinoamerica” “Mochileros en Argentina” o “ Voluntariados en Sudamerica”
Tambien existe esta plataforma totalmente gratuita para buscar voluntariados que se llama se llama Voluntariando Argentina: voluntariandoargentina.org
Está principalmente enfocada en voluntariados en huertas, granjas o proyectos agroecológicos en Argentina. Ingresando vas a encontrar buscador en donde podes filtrar por ubicación, experiencia o tipo de alojamiento que ofrecen. Y tambien un mapa donde vas a ver la ubicación de cada uno.
Otra opción, si tenes un presupuesto para invertir y que es la que recomiendo, es sacar una membresía en algunas de las plataformas de voluntariados más conocidas como Workaway o Worldpackers.
La ventaja de estas plataformas es que no solo tienen un buscador en donde poder ir filtrando por ubicación o características del voluntariado, sino que también al ser un sitio pago, está mucho más formalizado y seguro.
Cada voluntario y anfitrión tiene su propio perfil en donde está toda la info de la propuesta del voluntariado y el anfitrión tiene también info sobre el voluntario y su experiencia. Lo que le da más seguridad y confianza para ambas partes.
Estas son algunas de las principales plataformas:
- Workaway: Tiene un gran listado de proyectos ecologicos, granjas o familias que necesitan el cuidado de sus hijos.
- Wordpackers: La mayoria son hostels, pero tambien vas a encontrar algunos proyectos comunitarios o ecologicos.
- HelpX: Mayormente vas a encontrar granjas o proyectos del tipo eco-aldeas. Aunque tambien vas a encontrar algunos hostels.
Cómo leer reseñas con ojo crítico
Buscá comentarios extensos y recientes que describan tareas, horarios, convivencia y estilo de anfitriones. Si hay una crítica aislada, comparala con el conjunto. Si varias personas señalan lo mismo, tomalo en serio.
Preguntá siempre a la fuente: un mensaje directo quita muchas dudas. Y no te cases con estrellas: una reseña tibia a veces es sólo una diferencia de expectativas.
Indicadores de calidad en un proyecto
Mirá fotos reales del espacio común, de la cocina y de los baños. Leé cómo se presentan: si explican misión y valores, si muestran procesos, si cuentan quiénes son. Un buen lugar suele publicar avances, aprendizajes y hasta errores que corrigieron.
Guía de convivencia rápida
Vas a convivir con personas que no conoces durante un tiempo, sea unos días, semanas o meses. Así que es importe unas reglas basicas de convivencia:
Orden básico: lavar lo que usás, respetar la heladera (pone en un tupper tus alimentos y remarcalo con tu nombre), cuidar los horarios de descanso, preguntar antes de usar herramientas ajenas y avisar cuando algo se rompe.
Comunicación: está de más decirlo, pero un “buenos días: y “buenas noches” no viene mal, agradecer tampoco. La buena comunicación es clave en los voluntariados.
Autonomía: si ves una tarea que se repite, proponé un sistema simple (una lista en la heladera, un cronograma visible). Pequeños acuerdos mantienen la convivencia de la mejor manera.
Viajar con sentido, paso a paso
Viajar haciendo voluntariados es elegir una forma de estar en el mundo y vivir: aprender, intercambiar, compartir. No hace falta tener todo resuelto. Hace falta dar el primer paso.
Espero que esta guía te sirva de mapa. Y que, si estás dudando en lanzarte a viajar de forma larga sin fecha de vuelta, que tengas en cuenta que se puede haciendo este tipo de intercambios.
Así que querido viajero y viajera, animate y comenzá con tu primer voluntariado. Estoy seguro de que va a ser un gran cambio en tu forma de ver los viajes y de vivir.